A veces, la ansiedad puede más que nosotros. No pudimos aguantar hasta el 24 a la noche para ponernos en la piel de Papá Noel, cargar el trineo, alimentar a los renos y llevarle esta inmensidad de regalos a los chicos de “Altita en el cielo”.
Todos estos paquetes que te mostramos son las donaciones que nos acercaron nuestros colaboradores en estas últimas semanas. Después de clasificar y separar decenas de juguetes, juegos, peluches y libros, los envolvimos y los dejamos listos para nuestra acción solidaria del mes.
Julia nos abrió las puertas en este caluroso mediodía prenavideño. Ella es la responsable de este proyecto educativo que va más allá de dar clases: consiste, además, en alimentar, transmitir valores y contener a 36 chicos y chicas de Villa La Carcova, los destinatarios finales de todo el trabajo que hicimos en conjunto con nuestros colaboradores y con la gente de Nueva Acrópolis.
Por supuesto, el clima hubiera estado incompleto sin la presencia de un Papá Noel que alimentara la fantasía de los niños y las niñas, quienes aprovecharon para saludarlo y, por qué no, también sacarse alguna foto con él y sus regalos.
Una jornada de diciembre donde, una vez más, los peques fueron los protagonistas. ¿Y para qué mentir? Los adultos la disfrutamos como si hubiéramos vuelto a la infancia. Eso también forma parte de la Navidad.
