Acción de diciembre: Cerramos el año con una cartita a Papá Noel

Querido Papá Noel:

Te resultará raro que te escribamos esta carta. Ya no somos chicos/as y, de hecho, muchos de nosotros/as superamos la barrera de los 40 años. Pero en estas fechas nos suele suceder: las decoraciones, el clima festivo… hay algo en el aire que nos devuelve a nuestras épocas de mayor vulnerabilidad. Es así: se acerca fin de año y siempre nos ponemos el disfraz de nuestra propia niñez, nos metemos en la máquina del tiempo y volvemos unas cuantas décadas, hasta aquellos instantes de sonrisas y miradas de inocencia, para volver a ver todo con ojos de los niños y niñas que alguna vez fuimos.

También te tenemos que pedir una disculpa. En ese “lapsus” emocional, no pudimos evitar ponernos en tu traje. Tuvimos la oportunidad de llevar alegría (y algo más) a un grupo de pibes y pibas que te esperan cada año. En el comedor Corazones Alegres, en la Zona Norte del GBA, anticipamos la Navidad con un trineo, regalos personalizados para los 40 pibes/as y lo más importante: una jornada pediátrica.

Karina y Paulo, profesionales de la salud con inmensos corazones solidarios, se responsabilizaron de los chequeos médicos de los “peques”. El clima navideño corrió por cuenta de Rita, el motor del merendero. Y nosotros/as nos hicimos cargo de los presentes y las sorpresas, en conjunto con los colaboradores que nos acercaron sus donaciones en las últimas semanas.

Pero no sólo en diciembre nos agarra esta locura. A lo largo del año estuvimos intentando estar a tu altura, dando una mano con lo que podemos, ya sea visitando un hogar de niños y niñas como enviando camionetas repletas de donaciones a cualquier rincón del país.

Este mensaje no es para pedirte nada. No te vamos a molestar vendiéndote nuestro comportamiento, como un pibe/piba que sueña con una bicicleta o una PlayStation debajo de su arbolito. Este año no te vamos a exigir regalos, porque ya no hay nada que nos puedas regalar. Sólo nos queda darte las gracias.

GRACIAS por llenarnos de espíritu festivo cada vez que el calendario se acerca a su final. GRACIAS por mantener vivo el fuego de la ilusión en los más chicos/as y también en los demás. GRACIAS por ser el referente de todos, aun en tiempos de crisis e incertidumbre.

 

GRACIAS por ese regalo en forma de metal dorado, que nos mostró nuestra verdadera esencia. Por ese abrazo que nos pudimos dar en las calles, en los bares, en cualquier lado, con cualquier desconocido/a que vio en nosotros un hermano y una hermana. GRACIAS por permitirnos reír y llorar en conjunto, sin la necesidad de cuestionar signos políticos, religiones, orígenes o clubes de fútbol.

GRACIAS por haber materializado nuestro sueño de una sociedad unida, en familia, tomada de las manos, festejando nuestras similitudes y enterrando las diferencias. GRACIAS por mostrarnos que, al menos por unos días, nuestra utopía no lo es.

Este año estamos hechos, Papá Noel. Si venís por acá, que sólo sea para brindar.

¡Feliz Navidad!