Imaginate lo que significa para un pibe o una piba de cualquier barrio carenciado tener la llave de un portal. Y con ella, el acceso a un mundo sin límites al que pueda viajar en cualquier momento que desee olvidarse por un rato de las privaciones, de las injusticias, de la desigualdad. Que ponga en marcha su ilusión y se eche a volar sin restricciones. Que aprenda, que incorpore conocimientos y sume experiencias sin moverse de donde está, que encuentre nuevos universos para soñar y lienzos en blanco para dibujar a su placer.
Abrir un libro es abrir ese portal. La literatura es el combustible que alimenta el motor de esta revolución, en la que todo chico y toda chica de los barrios vulnerables quiera aprender y no dejar de crecer, a pesar de la indiferencia y la discriminación que no para de atacar desde cualquier flanco.
En octubre, el Equipo de Amigos Solidarios propone una acción solidaria doble, con la lectura como denominador común. Ya enviamos un camión repleto de donaciones para desarrollar una biblioteca infantil en un merendero de la provincia de Misiones y, en las próximas semanas, haremos lo mismo en un comedor en el conurbano bonaerense.
Arco Iris
En el imaginario popular, Fuerte Apache es una de las áreas más “picantes” del conurbano bonaerense, en la cual, supuestamente, reinan el caos y la violencia. En la vida real, se trata de un barrio como cualquier otro, con gente trabajadora, solidaria y activa en la comunidad. Y con chicos ávidos por seguir aprendiendo.
El comedor Arco Iris, además de alimentar a los más jóvenes de la zona, les ofrece apoyo escolar. Actualmente, unos 30 menores de edad de entre 2 y 12 años reciben la educación que Alma y sus ayudantes ofrecen. En este sentido, la biblioteca sería un complemento excelente para la tarea de quienes llevan adelante la institución.
Misiones
En Pueblo Ilia ya somos viejos conocidos. En abril de este año, llenamos la camioneta con donaciones y las mandamos al comedor del barrio, donde un centenar de pibes/as (entre 1 y 16 años) reciben alimento, contención y educación.
Medio año después, volvimos con las mismas ganas de siempre, aunque con un plan distinto: hicimos posible que en el merendero haya una biblioteca a la cual los chicos y las chicas puedan acceder cada vez que quieran.
¿Qué necesitamos?
Estamos buscando libros de literatura infantil/juvenil, de cualquier género y temática, ya sea para los más pequeños que recién empiezan a hablar como para los preadolescentes. Todo lo que pueda ser una puerta de entrada al mundo de la imaginación será bienvenido.
Al mismo tiempo, conocemos la necesidad de una estructura que proponga orden y organización a los materiales de lectura. En consecuencia, también esperamos conseguir, a través de nuestra red de colaboradores, muebles y estantes que sean de utilidad para el armado de una biblioteca.