Nada mejor que arrancar el año con el mismo sacrificio y esfuerzo de siempre, pero redoblando la apuesta. Cada aventura al interior del país es, para nosotros, un desafío. Lo tomamos como una muestra de que estamos listos para dar el siguiente paso.
En esta oportunidad, no fueron grandes donaciones planificadas, como estamos acostumbrados. Simplemente recibimos dos señales desde distintos extremos del país y no lo dudamos: recurrimos a nuestro depósito, preparamos las dos camionetas y pusimos el motor en marcha.
Ambos vehículos partieron hacia el norte, aunque con diferente destino. El primero de ellos encaró hacia la provincia de Misiones, donde un incendio incontrolable le quitó todo a una familia. A través de estas donaciones, esperamos que recuperen la sonrisa y que empiecen este 2022 con la certeza de que, cuando la desgracia golpea las puertas, la respuesta está en la empatía.
La segunda camioneta se trasladó hasta el noroeste argentino. Karina, nuestro contacto, tenía planificado un viaje a Salta y nos pidió algunas donaciones para poder repartir en el camino.
El resultado está a la vista: sonrisas, felicidad, oportunidades renovadas y la posibilidad de conectarse con historias de cualquier sitio de este país. Queremos para 2022 seguir construyendo ese puente sólido entre todos nosotros y poder ramificarlo hasta el rincón más escondido donde alguien necesite una mano.