Bajando hacia el sur del conurbano bonaerense por la ruta 2, más allá de Quilmes y en el seno del gigantesco partido de Berazategui, te encontrás con una localidad que no muchos conocen. El Pato se muestra como un barrio tranquilo, residencial, con calles de tierra e incipientes construcciones de viviendas que llaman la atención por su estilo moderno.
Cualquiera que observara pasando a gran velocidad desde la ruta, quedaría fascinado con este sitio. Pero la realidad, más allá de su “marquesina” y su ingreso de lujo, cuando dejás atrás la zona comercial y el country club, muestra las mismas urgencias sociales que el resto del Gran Buenos Aires.
Tamara fue quien, hace cinco años, comprendió que a las injusticias y desigualdades en el barrio se las combate con amor y solidaridad. Así, junto con otras chicas de enorme corazón, hace cinco años le dio vida al comedor “Los Peques”, localizado a aproximadamente un kilómetro y medio de aquella “puerta de oro” por la cual El Pato te invita a entrar.
Su lucha no fue sólo contra la indiferencia social. En 2017, Tamara perdió una batalla contra el fuego, que redujo el merendero a cenizas. Sin embargo, no dio nada por terminado: desde los escombros, se dedicó a levantar nuevamente las paredes de “Los Peques”, para que a ninguno de esos niños y niñas les falte un plato de comida.
En noviembre nos vamos al sur para conocer El Pato y asistir a las chicas que llevan adelante este proyecto. ¿Cómo nos podés ayudar? En este link vas a encontrarte con toda la información, incluyendo las donaciones que estaremos juntando.