Fue una donación distinta a la que habíamos planificado, pero no por eso menos satisfactoria. Ellas, las luchadoras de Los Pequeños Gigantes, valieron cada centímetro del cambio de rumbo que tuvo nuestra acción solidaria de octubre.
Los Pequeños Gigantes es un merendero que asiste a 300 chicos y chicas de Tigre (provincia de Buenos Aires), a una decena de madres solteras y a varios adultos/as mayores en situación de vulnerabilidad. Teníamos esquematizada una jornada a la altura del desafío, pero por cuestiones administrativas del mismo comedor (debe resolver inconvenientes con su alquiler), debimos pegar un giro de timón a último momento.
De todas maneras, no nos quedamos con las ganas de ir a la Zona Norte del GBA. Estas últimas horas logramos cambiar el foco de la donación y, gracias al enorme esfuerzo de Viviana, la responsable del merendero, fue posible tener una tarde a pura emoción.
Las protagonistas fueron las diez mujeres que reciben ayuda cotidiana del merendero. Cada una con su historia particular (en muchos casos, desgarradora), compartieron con nosotros este día primaveral. Y no se fueron con las manos vacías: todas ellas recibieron un regalo de parte del Equipo de Amigos Solidarios.
¡Y a no preocuparse por el resto de las donaciones! Quedarán bien guardadas el tiempo que sea necesario, hasta que Los Pequeños Gigantes resuelva su inconveniente y pueda recibirnos como lo habíamos trabajado. Queremos que esta acción en Tigre, como todas las que venimos haciendo, tengan ese impacto a mediano y largo plazo que tanto nos caracteriza, para lo cual es indispensable una planificación renovada.
Este sábado, con las madres solteras del comedor, fue la primera parte de una acción solidaria partida en dos. Y como siempre, nos llenamos la panza con nuevos vínculos, nos conmovimos con sus relatos y nos trajimos aprendizajes. Eso sí nos resultó tal como lo habíamos planeado.