Sin importar el lugar del que vengamos, el idioma que hablemos o la cultura a la que pertenezcamos, uno de los primeros conceptos que aprendimos fue el que identificó a la guía que nos introducía al mundo. Incluso antes de saber pronunciar la palabra “mamá”.
Sabemos las múltiples implicancias que rodean la maternidad. Puede tratarse de la progenitora tanto como la pareja del padre, una tutora, una abuela, una tía, una hermana mayor. No importa el parentesco, sino el vínculo con la persona que, en definitiva, fue el centro de nuestro universo cuando todo alrededor era novedad.
Y así como fue nuestro refugio en aquel pasado de gateo y pañales, no es casualidad que, en nuestros momentos adultos de mayor vulnerabilidad, sólo deseemos volver a aquel estado de inocencia y protección con la persona que mejor nos supo cobijar.
Por eso, deseamos que este domingo todas las madres, tanto las biológicas como las del corazón, tengan un día muy especial. Para quienes todavía las tienen, no desperdicien ni un momento sin abrazarla y decirle cuánto la necesitan. Y para quienes no, que el recuerdo más feliz de ella se haga presente en este domingo.