Eso tiene el 21/9: no tiene definición única. Para algunos, el mejor día del año. Otros lo transitan sin darse cuenta. Habrá quien lo utilice de excusa para juntadas multitudinarias en algún espacio público. También quien lo considere un punto de inflexión en el año. O la gente que le otorga implicancias metafísicas.
La primavera viene siempre con cargas emocionales: el florecimiento, la elevación de temperaturas, la ropa más liviana, los días más largos y las noches más intensas. Y en esta ocasión viene especial: el barbijo, de a poco, comienza abandonar nuestros rostros para guardarse en algún cajón y, si tenemos suerte, dentro de poco formarán parte de los museos de historia.
No sólo las flores y los frutos comienzan a brotar. De repente, como si se tratara de una jornada única en el año, los proyectos individuales y grupales vuelven a salir a las calles, después de otro invierno de pandemia que nos forzó a ver pasar los días y las noches desde el lado de adentro de nuestras ventanas.

El Equipo de Amigos Solidarios no dejará pasar la oportunidad de encarnar sus valores en nuevas aventuras. Nuestro viaje a Santa Fe, planificado cuando el frío y el aislamiento nos dominaban, está a un puñado de días de distancia. Y no podríamos estar más satisfechos.
Hoy, 21/9, la primavera nos abre la vida a mil significados e implicancias. Puede ser un día que pase de largo como cualquier otro o una nueva oportunidad de concretar proyectos y ambiciones. En el EAS estamos determinados a sacarle provecho. ¿Y vos?