Lorena, Julio y su lucha por historias cotidianas

El barrio Nicole se encuentra a la vera del centro de recolección de basura CEAMSE. Las montañas de basura que se visualizan hasta le dan un aire pintoresco a la zona, ya que se asemejan a sierras como las de Villa Ventana, por ejemplo, pero con una diferencia muy importante: las de Nicole contaminan el suelo, el agua y hacen muy difícil la vida a su alrededor. Sin embargo, miles de personas encuentran en este lugar un refugio a base de chapas, carpas en mal estado y algún que otro ladrillo que se consigue.

Lorena y Julio viven en Isidro Casanova. Tienen las comodidades del laburante de clase media, del que se gana todo con mucho esfuerzo. Se aman, son felices, tienen sueños, proyectos familiares… Hubo un hito que les cambió el rumbo para siempre: se enteraron por esas cosas de la vida que en el barrio Nicole se había generado un incendio causando pérdidas muy importantes a una familia. Entonces Julio, muy hábil para la albañilería, la plomería y cualquier oficio relacionado con el hogar, fue hasta allí para colaborar. Primero levantó una pared, luego puso una ventana, más tarde arregló un caño… De a poco fue ayudando a estas personas a recuperar lo perdido.

Obviamente, se fue haciendo conocido en el barrio. Se fue enterando de miles de historias que sucedían y notó que había mucho para hacer. Con Lorena decidieron abrir un centro de ayuda en el barrio, pero ayuda en serio. Un lugar en donde los chicos no sólo comieran sino que estudiaran, que bailaran, que jugaran, que hicieran deportes…

Poco a poco fueron creciendo, basándose en una organización muy eficiente. Consiguieron ayudantes de cocina, profesores que dieran apoyo escolar, músicos que los hicieran bailar… Mientras, consiguieron un terreno y comenzaron a edificar. Primero una sala enorme, después la cocina, un baño y hasta un vestuario para que los padres pudieran bañar a sus hijos, porque muchos ni agua tienen.

Julio y Lorena comprenden que el jugar, la risa y el abrazo son partes fundamentales del desarrollo del niño. Por ello es que, por ejemplo, todos los meses festejan los cumpleaños de los nenes. En barrio Nicole no sabían lo que es un festejo. Muchos ni siquiera saben cuándo nacieron porque no tienen DNI.

Cuando los visitamos, justo estaban organizando los cumples del mes. Lorena les pidió a todos los que cumplieron años que levantaran la mano. Entre ellos se encontraba Kevin, que cumplía tres añitos y estaba en brazos de su madre. Levantó un dedito con una sonrisa enorme, porque sabía que era SU momento. Pusieron una torta sobre una mesa y él se ubicó detrás junto a otros cinco compañeritos de sala. Después de soplar la velita, aplaudió muy fuerte y abrazó a la mamá, quien enseguida lo depositó en el piso. Entonces fue poquito a poco con sus pasitos a juntarse con los otros nenes a festejar. Algo tan simple y maravilloso a la vez.

Historias, de esas que para vos, tu familia, tus amigos y para los EAS son tan cotidianas, pero que para mucha gente no lo son. Como tampoco lo es abrir una ducha y que salga agua caliente, o ir al colegio, o simplemente tomar agua limpia. Así debería ser para todos. Julio, Lorena, EAS y vos vamos a seguir luchando…